Lo que empezó como una “trastada” entre dos jóvenes terminó en tragedia.
La Policía Nacional y la Policía Municipal acudieron al lugar de los hechos y detuvieron al menor por atropellar a su amigo con el coche de alquiler robado. El joven herido fue trasladado de urgencia al hospital en estado grave.
Por otro lado, en un incidente separado, un joven que conducía en estado de ebriedad y bajo los efectos de las drogas atropelló mortalmente a un agente de Movilidad en las obras de la A-5. Este trágico suceso ocurrió cuando el joven perdió el control de su vehículo y arrolló al agente que se encontraba trabajando en la zona.
Ambos casos muestran la gravedad de conducir bajo los efectos del alcohol, las drogas o de manera temeraria. Es fundamental respetar las normas de tráfico y conducir de manera responsable para evitar tragedias como estas.
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Sin atender al herido, el menor huyó del lugar del accidente y se dirigió corriendo hacia Plaza Castilla, dejando a su amigo ensangrentado en la calle. Fueron los vecinos quienes alertaron a los servicios de emergencia de lo ocurrido. El joven de 18 años, fue estabilizado por el Samur y trasladado al Hospital de La Paz, donde los médicos no tuvieron más opción que amputarle la pierna.
Horas después, el menor se presentó voluntariamente para confesar el accidente. Según adelanta El Mundo, el joven declaró que era él quien conducía el vehículo en el momento del impacto. El autor del atropello pensó que su amigo también había salido corriendo y asegura que actuó sin medir las consecuencias.
