Morata de Tajuña vive la única ‘La Pasión de Jesús’ con bendición apostólica

Morata de Tajuña: Representación de ‘La Pasión de Jesús’ en Jueves Santo

Morata de Tajuña vivirá este Jueves Santo, día 17, su tradicional representación de ‘La Pasión de Jesús’, única pasión viviente que cuenta con la Bendición Apostólica para quienes acuden a contemplarla y para los más de 400 participantes

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tiene previsto acudir este jueves a disfrutar de esta representación, declarada Bien de Interés Turístico Regional.

Más de 15.000 personas se acercan cada año a Morata de Tajuña en Jueves Santo para disfrutar de un pueblo que se transforma en la Jerusalén del siglo I, con la representación de la Pasión, uno de los eventos más emocionantes y multitudinarios de la Semana Santa madrileña.

Durante tres horas, más de 400 vecinos se convierten en actores y técnicos para representar los últimos días de la vida de Jesucristo. En total, se escenifican 10 cuadros bíblicos –desde el Sermón de la Montaña hasta Resurrección– en un recorrido de 2,5 kilómetros que recorre todo el municipio.

Con el atardecer, a partir de las 20.00 horas, arrancará la 37ª edición de su Pasión Viviente, organizada por el Grupo de Teatro Talía con el patrocinio de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Morata de Tajuña, con una parada militar de la impresionante centuria romana y el motín de Barrabás.

La representación destaca por su puesta en escena cinematográfica, con iluminación teatral, efectos especiales, música compuesta exclusivamente para la obra y un impresionante vestuario artesanal que recrea fielmente la época.

El origen de la Pasión Viviente de Jesús se remonta a los antiguos Autos Sacramentales, que en los siglos XVII y XVIII, representaban pasajes de la vida de Jesús y de los Santos, en los atrios de las Iglesias. En el año 1987, el Grupo de Teatro Local Talía, recuperó la tradición de estos Autos, representando en diez escenarios distintos los últimos días de Jesús de Nazaret.

De esta forma, las calles de Morata retroceden más de dos mil años en el tiempo con palacios, sepúlcros o cenáculos que recrean el Jerusalén del siglo I y se llenan de Apóstoles, pueblo judío, Sacerdotes, Centuria Romana y diversos personajes, integrados en la obra teatral.



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