La etapa final de la Vuelta a España en Madrid se convirtió en un escenario de tensión debido a las protestas propalestinas que se registraron a lo largo del recorrido. La organización tuvo que realizar cambios en el trazado, neutralizar parcialmente la carrera y reducir la etapa en cinco kilómetros para proteger la seguridad de los ciclistas.
Manifestantes propalestinos invadieron la carretera en varios puntos del itinerario, lo que provocó la intervención policial con cargas para despejar el paso. En la Fan Zone de Atocha se vivieron momentos de máxima tensión, con enfrentamientos, vallas derribadas y objetos lanzados contra periodistas y aficionados.
Las reacciones políticas no se hicieron esperar, con el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, defendiendo el derecho a la protesta siempre que se respete la legalidad. Por otro lado, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, acusó al Ejecutivo central de avivar la tensión, mientras que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, celebró la movilización como muestra de solidaridad con Gaza.
Los ciclistas expresaron su creciente preocupación por su seguridad, temiendo que los incidentes pudieran poner en riesgo la integridad de la competición. La edición de 2025 de la Vuelta a España será recordada como una de las más conflictivas, reflejando cómo la protesta social puede alterar un gran evento deportivo.
En resumen, la etapa final de la Vuelta a España en Madrid estuvo marcada por la tensión, las protestas propalestinas y los cambios en el recorrido para garantizar la seguridad de los participantes.
