España se ha convertido en una potencia digital en Europa, según el último informe de la Comisión Europea sobre la Década Digital 2030. Este país se encuentra a la vanguardia en la transformación tecnológica del continente, destacándose en el despliegue de infraestructuras, la adopción de tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial y la digitalización tanto en el ámbito empresarial como administrativo.
Uno de los aspectos que resalta en el informe es la excepcional red de conectividad de España, que supera a la media europea. Con fibra óptica llegando al 95% de los hogares y una cobertura 5G que alcanza al 95% de la población, el país se posiciona como un escenario ideal para el desarrollo del Internet de las Cosas y la computación en la nube. Además, España se sitúa como el tercer actor europeo en número de nodos edge, infraestructuras clave para el funcionamiento del 5G avanzado.
El Gobierno español ha apostado por las tecnologías del futuro, desarrollando iniciativas como ALIA, el primer modelo de IA entrenado íntegramente en español, y el sandbox regulatorio para supervisar sistemas de IA de alto riesgo. En el sector de los semiconductores, se movilizarán 12.250 millones de euros a través del PERTE Chip, fortaleciendo la industria de microchips en Europa. Asimismo, con una inversión de más de 800 millones de euros, España busca posicionarse como un hub de referencia en tecnologías cuánticas.
Esta transformación no se limita a las grandes estrategias, sino que se extiende a toda la sociedad. Gracias a programas como el Kit Digital, casi tres de cada cuatro pymes españolas han alcanzado un nivel básico de digitalización. En el ámbito de la ciudadanía, el 66% de los españoles posee habilidades digitales básicas, superando la media de la UE. Además, el país cuenta con un robusto ecosistema de ciberseguridad y lidera la vinculación entre la digitalización y la sostenibilidad.
Con estos logros, España se destaca como un alumno aventajado en la carrera por alcanzar los objetivos de la Década Digital 2030, contribuyendo a una Europa más soberana, competitiva y centrada en el ciudadano.